Origen: Aman, Los Dos Árboles de Valinor.
Se cuenta como los Calaquendi, los Elfos que viajaron a Aman y vieron la luz de Los Dos Árboles, quedaron impregnados de esa luz en el rostro, rasgo que les distinguía de los Moriquendi; se cuenta como la maia Melian también tenía esa luz en el rostro.
Tras la destrucción de Los Dos Árboles, la Luz de Aman solo quedó viva en los Silmarils de Fëanor, aunque se hace una curiosa mención en La Comunidad del Anillo, cuando Galadriel regala a Frodo una redoma, que según dice, contiene la Luz de la Estrella de Eärendil, es decir, la luz del Silmaril que Eärendil lleva consigo, por lo que también seria la Luz de Aman.
También se consideraron como símbolo de la Luz de Aman los sucesivos vástagos del Árbol Blanco que existieron en Arda.